Es el sistema más antiguo y tradicional de preparar el café.
Es una infusión, pero en este caso el café está molido mucho más grueso y se deja macerar un tiempo en agua caliente. La infusión obtenida puede servirse por decantación o puede colarse haciéndola pasar a través de una manga o paño.
Claves:
Una cucharada sopera de 6/7 gramos de café por cada taza.
La molienda debe ser gruesa.
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