Cafés del mundo: Etiopía

Etiopía descubrió el café de forma casual gracias al pastor Kaldi y a su rebaño de cabras, como cuenta una de las mayores leyendas en torno a esta bebida. Desde entonces Etiopía se ha convertido en un país estrechamente vinculado al café, a su cultivo, a su comercialización y a su consumo.

En Cafés Candelas conocemos de primera mano la calidad de los granos de café de Etiopía, que forman parte de nuestra línea de Orígenes, y valoramos este lugar como uno de los mayores lugares de tradición en torno al café.

Etiopía es la cuna del café y allí tomarlo forma parte de la cultura y la tradición del país y de sus gentes. Un país con tanta tradición cafetera cuenta con un ritual del café propio, una ceremonia especial en la que el café es el gran protagonista.

La preparación del café comienza con la elección del recipiente donde se preparará la bebida: la Jebena. Los granos de café verde se tuestan en una sartén en el fuego y luego se muelen en un mortero. El café se prepara en la Jebena, donde se añade el agua y se pone a hervir la mezcla. Finalmente se sirve directamente en la taza de cada invitado.

En Etiopía la ceremonia del café es un rito sagrado, sinónimo de buenos augurios, por lo que no está bien visto rechazar una invitación para tomar café. Para los etíopes el café es uno de los mayores regalos de su tierra, un símbolo de orgullo nacional. Y así se refleja en uno de sus dichos más populares: Buna Dabo Naw, cuya traducción sería El café es nuestro pan de cada día.

Y más allá de la trascendencia cultural del café, Etiopía es uno de los mayores productores de café del mundo, con cosechas reconocidas y cotizadas a nivel internacional. Un ejemplo de auténtica pasión por el café, que se ha convertido en una forma de vida heredada de generación en generación. No podría ser de otra manera en el país considerado como la cuna del café.