Te gusta el café, incluso dirías que lo necesitas cada día, pero ¿conoces realmente lo que diferencia un café espresso de un café de filtro?
En un café espresso el agua se vierte mediante presión sobre el café, mientras que en el café filtrado, el agua cae por su propia gravedad. Además, existen otras pequeñas diferencias que en Candelas te ayudamos a descubrir.
La máquina de café espresso aparece en Italia en el año 1901. Luigi Bezerra crea el primer modelo, cubriendo la necesidad que surge por tomar café rápido y recién preparado. Al poco tiempo, otros fabricantes lanzaron sus modelos al mercado, implantando así una manera rápida y sabrosa de preparar café.
Elaborar un buen café espresso, requiere del barista una serie de conocimientos sobre la molienda, las cantidades, la presión y el tiempo para elaborarlo.
El café debe estar finamente molido, casi en polvo, para así adaptarse correctamente al funcionamiento de las propias cafeteras. En cada tacita utilizaremos unos 7 gramos de café, que debemos prensar hasta conseguir una superficie nivelada. Con el café dispuesto de manera adecuada y utilizando agua de calidad, en menos de medio minuto la máquina debe extraer el máximo aroma.
Un buen café espresso tiene un sabor intenso y rico, debido a que los granos tienen un mayor grado de tueste con el que se extraen la mayoría de sus aceites esenciales. Al preparar el café mediante vapor, obtenemos un café denso y aterciopelado, con toques de acidez y con una capa de crema espesa de color caramelo en su superficie.
El café de filtro es tendencia, pero en realidad su origen se basa en una técnica antigua que, como hemos anticipado, consiste en gotear agua sobre el café. La primera máquina de café de filtro data de 1907, inventada por la marca Melitta Benz.
El auténtico café de filtro es limpio, claro y consistente, para elaborarlo correctamente se necesita café recién molido y con un grado de molienda adaptado al método de filtro que se vaya a utilizar. En comparación con el espresso, el café filtrado aporta una sensación más suave en boca y una menor acidez.
Ahora que ya conoces todas las diferencias del café espresso y de filtro ¿Con cuál te quedas?
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