Etiopía y el origen del café

La cuna de la humanidad y el origen del café ¡Cuánto le debemos a África! Cuenta la leyenda que un pastor etíope de nombre Kaldi, después de observar lo activas que se encontraban sus cabras cuando comían los frutos del cafetal, decidió probar qué efecto tenían en él. Asombrado, decidió presentar su hallazgo a unos monjes que, aterrados por las propiedades del fruto mágico, lo arrojaron al fuego. Al tostarse, el café desprendió su característico aroma y conquistó a los etíopes para siempre.

Esta bonita leyenda es solo el principio de una relación de siglos entre el hombre y el café, pero también de Etiopía y este preciado producto. Los suelos volcánicos de la región y su clima templado forman el ecosistema perfecto para generar un café de gran calidad con una ligera acidez, vinoso y de aromas afrutados.

Etiopía como referente mundial del café

A día de hoy Etiopía sigue siendo uno de los países que más café gourmet produce en el mundo (unas 250 mil toneladas al año). Gran parte de la población de este país africano (alrededor de un 25%) vive, de una forma u otra, de la industria del café. La mayoría de producto se destina a la exportación pero también existe un gran mercado dentro del propio país.

El etíope es un café muy apreciado por la comunidad internacional. Los baristas más expertos afirman que este es uno de las variedades más complejas de todo el mundo. Además, sus características varían mucho según las regiones y los procesos de producción. Etiopía cuenta con 9 regiones productoras en las que se utilizan procesos húmedos y secos, por lo que se pueden encontrar granos de origen con cualidades muy variadas, todos ellos de la variedad arábica.

El ritual de café en Etiopía

En Etiopía, el consumo de café no es solo una tradición, es un ritual sagrado con siglos de historia:

El ritual comienza con el lavado de los granos de café verde, después se tuestan lentamente en un plato que se coloca sobre las brasas. El café tostado se muele a mano con un mortero y se prepara en una cafetera tradicional llamada Jebena que se calienta en las mismas brasas. La encargada del ritual, casi siempre una mujer, procede a servir el café. La tradición es servir hasta 3 tazas por invitado, cada una con diferente intensidad.

Si tienes la posibilidad de viajar a este país y probar la ceremonia del café te aseguramos que será una experiencia inolvidable pero, si no tienes una Jebena a mano, puedes preparar el café etíope con una cafetera de prensas francesas. El resultado no te dejará indiferente.