El café debe molerse en su punto justo, ni muy fino ni muy grueso. Sabremos que el punto de molienda es correcto midiendo el tiempo de erogación, que será de 25 segundos para 30 ml de café. Una vez colocado el café en el portafiltro realizaremos un prensado enérgico que garantice una distribución uniforme.
La máquina
Una buena cafetera ayuda a conseguir un buen espresso. Para ello debemos realizar un mantenimiento y limpieza periódicos que garanticen su correcto funcionamiento.
A la hora de preparar el espresso comprobaremos que la presión de agua al grupo es de 9 bares, la temperatura del agua en la caldera es de 120º y la temperatura de salida del agua al grupo es de entre 90-95º.
La taza
Para mantener todas sus propiedades el espresso debe servirse en una taza de color blanco en el interior de forma cónica de loza gruesa, que no absorba demasiado calor seca y caliente (alrededor de 40º) para mantener la crema que se almacene boca arriba y sin estar apilada sobre la máquina.
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